Calendario de alergias

Los alérgenos pueden ser más predominantes en épocas concretas del año. La alergia estacional en particular puede ser desencadenada por polen de muchas plantas y hierbas diferentes. Cada planta libera su polen a la atmósfera en un momento preciso del año. 

Aliso:

Los alisos crecen principalmente en zonas húmedas como las riberas de los ríos. Los amentos (las espigas de flores) son de color marrón rojizo, y se vuelven de color amarillo rojizo cuando maduran. Su polen tiene una gran capacidad de provocar alergia, y puede ser liberado a partir de finales de enero, con un periodo máximo en marzo. El polen de abedul y el del avellano son similares al polen del aliso. Las personas sensibles al polen del aliso también pueden sufrir alergia cuando el polen de abedul o el del avellano están en el aire.

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Fresno:

Los fresnos pueden crecer hasta 30 metros o más en zonas con buen suministro de agua, y son reconocibles por su corteza suave y de color marrón grisáceo. Las yemas del fresno común son de color negro, mientras que las de las otras especies son de color marrón. Los fresnos tienen un periodo de floración comparativamente corto, de unas dos semanas en marzo o abril.

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Abedul:

El polen de abedul es uno de los más alergénicos, y los abedules se identifican fácilmente por su corteza de color blanco. Prefieren zonas con poca densidad de árboles o con brezos, por lo que es poco probable encontrarlos en bosques espesos. Dependiendo del clima, su floración empieza alrededor de mediados de marzo.

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Avellano:

Como cualquier arbusto que necesita mucha luz, lo normal es que los avellanos se encuentren en los límites de los bosques. Sus amentos son de color amarillo brillante y es fácil detectarlos de lejos.

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Roble:

Los robles se identifican fácilmente por su emblemática forma robusta y sus peculiares hojas. Su corteza es gruesa, oscura y con grietas verticales. Sus amentos aparecen en el mismo momento que las hojas, y liberan polen en abril y mayo. El roble tiene una capacidad moderada de provocar alergia.

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Sicomoro:

Los sicomoros son árboles de gran tamaño con hojas parecidas a las del arce y una corteza característica que se pela en grandes escamas. Las escamas exteriores generalmente son oscuras, mientras que las escalas interiores son de color amarillo brillante o marrón. Debido a su resistencia a la polución, los sicomoros o falsos plátanos a menudo se encuentran en las ciudades. Las flores se concentran en pequeñas esferas en largos tallos en forma de péndulo, con una estación de floración de entre marzo y mayo. Los síntomas habituales de la alergia durante este periodo suelen deberse al abedul, pero también al aliso, avellano, carpe, roble, haya, castaño y diversas hierbas.

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Sauce:

Los sauces suelen encontrarse en suelos húmedos y arenosos cercanos a ríos y lagos. Las yemas en floración a menudo poseen una cabellera blanca y plateada y se vuelven amarillas cuando las anteras salen durante el periodo de polinización. La floración comienza principalmente en marzo, pero como hay tantas especies diferentes el polen puede seguir siendo liberado en junio. La potencia alergénica del sauce es reducida, pero es probable que se produzcan reacciones cruzadas con el polen de álamo.

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Colza:

Es un cultivo agrícola con un olor desagradable y con flores amarillas. Aunque las flores son polinizadas por insectos, su polen viaja por el aire y el viento puede desplazarlo decenas de kilómetros. La principal estación de floración dura de abril a mayo, con capacidad moderada de producir alergia.

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Plantago:

Las hojas de esta pequeña planta normalmente están colocadas en forma de roseta directamente sobre el suelo. Las flores se sitúan en tallos largos y sin hojas, que muestran una gran resistencia. Sus mapas de polen normalmente no son muy elevados, y su estación dura de mayo a septiembre, sin ningún máximo muy pronunciado.

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Tilo:

Los tilos llegan a medir hasta 30 metros de alto y habitualmente se plantan con propósitos ornamentales, a menudo en paseos flanqueados por árboles. Sus hojas tienen forma de corazón y las flores suelen aparecer en junio, pero tienen muy poco o incluso ningún potencial alérgico.

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Ortiga:

Una planta muy conocida que casi todos recordamos por la urticaria que puede producir al tocarla. Las ortigas crecen sobre todo en tierras baldías con suelo rico en nitrógeno. La estación de floración abarca desde junio hasta septiembre, pero tiene poca o ninguna capacidad de provocar alergia.

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Acedera, romaza:

Estas dos plantas, muy habituales en el campo, tienen unas pequeñas flores rojizas. Normalmente crecen en prados y terrenos de pastoreo y, a veces, en áreas costeras arenosas. Su estación de floración va desde abril hasta septiembre, y su polen tiene una alergenicidad entre moderada y alta.

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Gramíneas:

Las numerosas especies de gramíneas liberan polen entre mayo y septiembre, con un máximo en junio y julio. Las especies con mayor potencial alergénico son las que crecen en prados hasta alcanzar grandes alturas, como el fleo, el dactilo, la avena y el centeno. Todas tienen grandes efectos alergénicos, siendo quizás el centeno cultivado la más potente de todas ellas.

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Artemisa:

Este arbusto con tronco de madera se encuentra en tierras baldías y puede llegar a crecer hasta los 2 metros de alto. Las hojas están hendidas, y tienen pelo de color blanco en la parte de abajo. Las flores son muy pequeñas y tienen un color entre amarillo y marrón rojizo. En Europa, la estación comienza a finales de julio. La artemisa tiene una gran alergenicidad.

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Moho Alternaria:

La Alternaria es un hongo que aparece en forma de líneas, punto o círculos oscuros que llegan a tener el diámetro de un plato, y a menudo se puede encontrar en los cuartos de baño. En el exterior crece de forma natural sobre las plantas, pero también en el interior sobre madera, silicona, paredes o telas y en cualquier lugar en el que la condensación u otras formas de humedad proporcionan agua suficiente. En Europa Central, la estación de crecimiento de la Alternaria comienza a mediados de junio, tiene un máximo en julio o agosto, y finaliza con la emisión de esporas al aire en septiembre u octubre. En ocasiones las cargas de esporas son muy altas después de las lluvias veraniegas, ya que la convección térmica ayuda a las esporas a viajar por el aire después de que el suelo se haya secado. Las esporas de Alternaria tiene un potencial alergénico entre moderado y alto.

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Moho Cladosporium:

El Cladosporium es un moho muy común en todo el mundo. En exteriores se observa con frecuencia en material orgánico putrefacto, por ejemplo, en plantas o madera. En interiores, puede encontrarse en paredes y objetos afectados por daños causados por el agua, e incluso en la comida de los frigoríficos. Sus pequeñas esporas tienen una superficie especialmente rugosa, de color marrón claro a marrón oscuro. Como en el caso de la Alternaria, la estación comienza a mediados de junio, tiene un máximo en julio o agosto, y finaliza con la emisión de esporas al aire en septiembre y octubre. En ocasiones las cargas de esporas son muy altas después de las lluvias veraniegas, ya que la convección térmica ayuda a las esporas a viajar por el aire después de que el suelo se haya secado. Las esporas de Cladosporium tienen un potencial alergénico moderado.

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Ácaros del polvo:

Las reacciones alérgicas a los ácaros del polvo son muy frecuentes. Algunas veces se denomina alergia al polvo, y sus síntomas más típicos son secreción nasal, picor o bloqueo nasal, picor o hinchazón de ojos y tos, especialmente por la mañana justo después de levantarse. De hecho, el alérgeno no son tanto los ácaros en sí mismos, sino las heces de los ácaros. Son más pequeñas que los granos de polen normales, y están recubiertas con una fina cáscara que se descompone con el paso del tiempo, liberando partículas alergénicas aún más pequeñas.

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Mascotas:

Los gatos y los perros son alérgenos perennes, y su caspa (epitelios del pelo y de la piel) es la principal causa de alergia a las mascotas. Las mascotas pierden pelo y células cutáneas todo el tiempo, especialmente durante su aseo personal. Esta caspa se asienta en la ropa de cama, en las alfombras y en los muebles, y flota por el aire cuando se agita. Tocar y acariciar gatos y otros animales también puede provocar reacciones alérgicas como irritaciones cutáneas y erupciones con picor.

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